viernes, 27 de marzo de 2015

Huracan y mariposa

Ella corría, casi volaba, Con mariposas en su espalda,
Y yo incauto, casi boquiabierto, la observaba,
muy inoportuno la seguía, a donde fuera yo iba,
solo para verla, la esperaba, sin esperanzas,
con las alas rotas, yo estaba desahuciado, 
perdido en el olvido, vació y sin sentido. 

Tus ojos me encontraron; me miraron llorar, 
Me escuchaste gritar, gemir, patalear, 
Caminaste, me tocaste y me hiciste sentir, 
Esa magia en tu mirada, como polvo de hadas, 
esa chispa en mis impulsos, como la brisa,
como una daga, que me atraviesa y me atiza el alma.
el alma desesperada, anhelante de una caricia,
caricia que solo proviene de lo profundo de tu ser.


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